Recreando a Platero
C.E.I.P. Zenobia Camprubí
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“Burrogente”, como se le conoce vulgarmente a esa
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zona. Por allí andaba siempre suelta, trotando a su
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antojo y correteando tras las mariposas, como te
a o o co te n o tra a ma p sas
aaa o co n tra a ma p s
gusta hacer a ti, Platero.
t h c r ti,
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(Inspirado en el capítulo “Almirante”)
Yo estaba deseando de que llegara el fin de
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o d qu ega el f n
a
d q
el
semana para ira a verla. En cuanto que escuchaba
s
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e E c nto u es u ha a
s
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el coche, corría hasta la cerca moviendo la cabeza
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a l c r a m n la c eza
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arriba y abajo, como si nos estuviese saludando. Yo
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i nos s e e l da d Y
a
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la acariciaba con cariño y ella parecía sentirse feliz.
l a ic ba c car
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Enseguida mi padre le ponía la silla y yo la mon
E d m p dre l po
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ba. Como era una yegua noble y muy tranquila, daba
ba C o un y g o
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gusto dejarse llevar por su trotecillo alegre y pausado.
gu to ej s l var s o e il o eg e y p s
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Le gustaba mucho pasear por donde están los árboles
ab m
ar or dond st s
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frutales, sobre todo entre los melocotoneros.
fru al s
t os meloc n s
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Un sábado, al llegar al campo, mi abuelo se
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l e l ca , l s
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llevó aparte a mi padre y estuvo hablando un rato
llev a
p r stuvo l n
a
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con él. Cuando fuimos a montar a Luna, lo noté
c é Cuan o a
ar a Lu lo noté
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triste y preocupado, bastante más serio que de cos-
tr s y preo u a ,
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más seri d c
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tumbre. Al preguntarle qué le pasaba, me dijo que el
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abuelo ya era mayor y que, además, andaba delicado
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